09.07.22
Vuelvo a encontrarme con estas páginas, pero al fin y al cabo conmigo misma.
Creo que dé a ratos este espacio me asusta, porque me encuentro dándome lugar a lo que realmente me sucede.
En estos últimos días he pesado, sentido, vibrado la soledad, la dependencia y el amor por uno mismo.
En la soledad, leyendo un libro, pintando un mándala o escuchando uno de esos podcast que te tocan el alma, me encuentro con lo más profundo de mi ser, con quien realmente soy y a la vez disfruto ser.
Pero esto que a mi me hace tan bien, puedo ver que no le sucede a todos, sino que por el contrario, les provoca ansiedad, tristeza y es acá donde creo que aparece la dependencia, no sólo referida a una persona, sino como el hecho de no poder estar solo, de no poder escucharse.
El tiempo va pasando y muy de a poquito voy pudiendo ver otras realidades, muy diferentes a las mías y sólo me sale respetarlas y abrazarlas.
Porque en la empatía, encuentro paz, en el acto de amor hacia el otro esta nuestra capacidad de evolucionar, como personas, como sociedad, como un universo completo.
Pero a su vez me surge la sensación de que nadie puede dar algo que no tiene.
Y en ese sin fin de teorías que me penetran cada día, entiendo que el secreto esta en el amor por nosotros mismos, en la crítica, la paciencia, la exigencia que ejercemos sobre nosotros mismos.
Pero al fin y al cabo entiendo mis tiempos, y eso me lleva a ver los tiempos de los demás, a sentir que el tiempo no existe, sino solo las ganas de aprender, de la intención con la que queremos vivir esta vida.
Siento que soy mi mejor hogar en cada momento, que a medida que mejor comprendo eso, más puedo empatizar con el otro, pero por sobre todo más permito que el amor del universo forme parte de cada centímetro de mi ser.
Ojalá vos también, a tu forma, con tus tiempos, y sin prisa, sientas el amor, sepas lo que mereces y que no tengas dudas que lo mejor siempre está por venir.