La lluvia

Y entonces lo sentí, en ese instante en la magia que sabía que ese patio tenía, y que no me cansaba de repetir.

Sentí la pureza, la sensación de paz y limpieza que me generaban esas gotas de lluvia, que realmente eran muy pequeñas casi imperceptibles, como uno en algunos momentos.

Y me lleva a pensar en lo profundo que es esa comparación, porque no importa lo grandes o pequeños, lo trabajados internamente o no, importa la dimensión del universo como un todo.

Siento como las pequeñas gotas me penetran el alma y los pensamientos, pensamientos intensos y de a ratos difíciles que tenía en este último tiempo, y en ese instante reconecto con mi alma que necesita esas gotas, esa limpieza.

Dicen que una frase a veces lo puede cambiar todo y creo que en este caso lo hizo o bueno tuvo el efecto necesario; "A veces no hay mal que por bien no venga", pienso en la simpleza de lo profundo porque es tanto lo que puedo sentir que hasta me cuesta ponerlo en palabras.

Veo que lo malo a lo que refiere son las situaciones de aprendizaje, que las necesitamos a cada momento y como después de eso no puede ser algo más que cosas buenas.

Porque la dualidad nos lleva a eso a poder reconocer lo bueno en contraste con lo malo o viceversa.

Pienso que esta lluvia no es casual que me lleva a limpiar y recordar todo lo lindo, lo inmenso y a la vez intrigante que es vivir y esta vivo.

Esta sensación de poder, de saber que tarde o temprano las piezas del puzle encajan y forman un paisaje de la vida inmenso y reconfortante.

Entonces agradezco la lluvia que siempre es tan útil para tantas cosas y agradezco poder estar tan presente como para poder disfrutarlo.